«“La guerra siempre vuelve a casa” o sobre la continuidad de la violencia sexual en la guerra y en la paz…» (“War always returns home” or on the continuity of sexual violence in war and in peace…) es un artículo de Stasha Zajovic (Staša Zajović), activista de Mujeres de Negro de Belgrado, de la Red Internacional de Mujeres de Negro contra la Guerra, que estamos publicando en castellano en tres entregas, gracias a la colaboración Sinfo Fernández Navarro de vocesdelmundoes.com, en estos días de vorágine mediática provocada por una nueva guerra, esta vez en Ucrania, porque precisamente necesitamos una perspectiva de género de largo alcance sobre las consecuencias de la guerra específicas para las mujeres

Cuando hace menos de 24 horas el ministro de asuntos exteriores ucraniano ha acusado a soldados rusos de «violar a mujeres» en ciudades ocupadas del país hay recordar que también Amnistía Internacional había denunciado ya en 2020, respecto a la zona del Dombás, que “es muy grave que las mujeres, cuyas vidas ya están muy afectadas por el trauma y la destrucción causados por el conflicto, se encuentren sin poder recurrir a ninguna ayuda y abandonadas por las autoridades, que tienen la responsabilidad de protegerlas…” y ha documentado diversos actos de violencia sexual a manos de personal militar, sobre todo en zonas próximas a la línea de contacto. Esto en lo relativo a la zona controlada hasta ahora por el gobierno ucraniano: en la controlada por los separatista pro-rusos no se había facilitado siquiera el acceso a las organizaciones de derechos humanos.

…esta segunda entrega describe precisamente cómo la impunidad de los delitos sexuales cometidos durante la guerra continuó en Serbia en los llamados tiempos de paz…

En esta segunda entrega Stasha Zajovic describe precisamente cómo la impunidad de los delitos sexuales cometidos durante la guerra continuó en Serbia en los llamados tiempos de paz: La Ley de Víctimas Civiles de la Guerra no reconoce ni distingue a las víctimas del crimen de guerra de violación; los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil para modificar la ley han sido en vano. (Imagen destacada: protesta en Belgrado ¡Dejen de matar mujeres! Texto en la pancarta en serbio: «La vidas de las mujeres importan» Fotografía propiedad de mujeres de Mujeres de Negro de Belgrado, utilizada con su consentimiento)

La guerra está volviendo a casa; tanto durante la guerra como en la paz, hay un aumento, normalización y embrutecimiento de la violencia contra las mujeres en las esferas privadas y públicas, y especialmente la violencia de los participantes en la guerra que sufren de síndrome de estrés postraumático.

“La guerra siempre vuelve a casa”: continuidad de la violencia sexual en la guerra y en la paz…

2ª parte

Impunidad de los crímenes sexuales en la guerra: el caso de Serbia

La impunidad domina en Serbia tanto a nivel estatal como social. La Ley de Víctimas Civiles de Guerra en Serbia no reconoce ni admite las víctimas del crimen de guerra de la violación. Según esta ley, una mujer violada en la guerra no puede recibir el estatus de víctima civil de la guerra si no tiene daños físicos superiores al 50%. Hasta ahora, todos los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil para enmendar la ley han sido en vano. ¡Antes del Tribunal Especial para Crímenes de Guerra en Serbia, los casos relacionados con el crimen de guerra de violación se tramitaban en su mayoría como incidentales!

Veinte mil mujeres fueron violadas en Bosnia-Hercegovina, en su mayoría bosnias, y los agresores fueron en su mayoría hombres de apellido serbio. El Plan de Acción Nacional (PAN) para la aplicación de la Resolución 1325 (2010-2015) establece que las instituciones encargadas de la aplicación de la R1325 apoyarán financieramente los programas de ayuda a las mujeres violadas en la guerra, es decir, «las mujeres que fueron sometidas a torturas y abusos sexuales durante las guerras en la antigua Yugoslavia” [1]. Mujeres de Negro envió una carta a las instituciones competentes solicitando una respuesta sobre cómo planean implementar los mencionados programas de asistencia. Nunca recibimos una respuesta, pero comprobamos que la parte mencionada del PAN quedaba fuera.

El Estado de Serbia…/…no aboga por el reconocimiento y el enjuiciamiento del crimen de guerra de violación

En el Monitoreo Independiente para la Implementación de la Resolución 1325 (2017), hicimos esta pregunta: “¿Cómo es que hay tan pocas acusaciones relacionadas con la violencia sexual?”[2] El Estado de Serbia utiliza la Resolución 1325 para la falsa imagen de “líder en la región”, mientras que en la aplicación de la R1325 no reconoce el crimen de guerra de violación, y el Plan de Acción Nacional (2015-2020) no aboga por el reconocimiento y el enjuiciamiento del crimen de guerra de violación. Se rige por el artículo 11 de la citada Resolución, que subraya “la responsabilidad de todos los Estados de impedir la impunidad y enjuiciar a los responsables de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, incluidos los relacionados con la violencia sexual y de otra índole contra las mujeres y las niñas, y, a este respecto, subraya la necesidad de excluir estos delitos, siempre que sea posible, de las disposiciones de amnistía”.

El Estado de Serbia niega el genocidio de Srebrenica, homenajea a los criminales de guerra, autores de todas las formas de crímenes de guerra, sin cumplir prácticamente ninguna de las obligaciones asumidas por la Resolución 1325. Por el contrario, utiliza la Resolución 1325 para rediseñar a Serbia como una “potencia” amante de la paz, generando un pasado libre de guerras y borrando las huellas manchadas de sangre de los crímenes de guerra[3].

La guerra vuelve a casa: la violencia en el frente patriótico continúa en el contexto familiar…

El Estado de Serbia, que oficialmente “no estaba en guerra” y sin embargo generaba y exportaba la guerra, se enfrentó inmediatamente al comienzo de la guerra a las consecuencias de la misma, que necesariamente “vuelve a casa” en forma de normalización y embrutecimiento de la violencia. Esto se refiere a la violencia contra las mujeres en el seno de la familia, como lo demuestran las experiencias de las mujeres que trabajan en la línea de ayuda SOS para mujeres y niñ@s, víctimas de la violencia: “Los hombres que las agreden, en el 80% de los casos, son sus maridos, que utilizan cada vez más pistolas, bombas y ametralladoras como medio de chantaje e intimidación, y amenazan con matar el doble de veces. Algunos de los hombres que volvieron del frente (ya sea del llamado JNA -Ejército Popular Yugoslavo- o voluntarios) continuaron las masacres en su casa: golpeaban a las mujeres, pegaban a sus hijos, duermen con ametralladoras en sus armarios de cabecera, violan a sus propias esposas en medio de la noche…[4]

“Cuando regresan del campo de batalla donde violaron a mujeres de otras naciones, los guerreros serbios abusan y violan a una mujer en su casa»

En la línea telefónica de SOS, las mujeres también dieron testimonio de los abusos sexuales: “Las denuncias de violaciones aumentaron en un 50%: violaciones conyugales por parte de veteranos de guerra, violaciones en bares de repatriados del campo de batalla, violaciones de mujeres refugiadas mientras huían o mientras estaban aquí con sus familias. Una categoría especial son los relatos de las retornadas sobre las violaciones de guerra en el frente[5]”.

Los guerreros serbios violaron impunemente en Vukovar, en toda Bosnia-Hercegovina, e hicieron lo mismo impunemente en Belgrado y en toda Serbia: “Cuando regresan del campo de batalla donde violaron a mujeres de otras naciones, los guerreros serbios abusan y violan a una mujer en su casa[6]”.

Arkan, junto con otros guerreros criminales, formó el llamado batallón sexual en Erdut. Según Borba (28 y 29 de diciembre de 1991), Goran Hadžić y Arkan trajeron a Erdut y sus alrededores “unas 300 mujeres de dudosa moral de Belgrado, Serbia (…). También hay mujeres de Checoslovaquia, Polonia y la URSS capturadas por contrabando en Vojvodina”. A este grupo de mujeres detenidas también se le llamó “batallón de seda”. “Estas y otras informaciones similares aparecieron en la prensa, y el JNA es directamente responsable de ello porque todas las unidades de voluntarios fueron puestas bajo el control del JNA. Obligar a las mujeres a prostituirse y abusar de la sexualidad femenina forman parte del arsenal militarista clásico[7]”. Por supuesto, ¡todo tuvo lugar en cooperación o con el consentimiento tácito del Estado y su ejército!

¿Cuándo termina la guerra y cuándo empieza la paz para las mujeres? O sobre la conexión entre la violencia sexual en la guerra y en la paz

La paz no se consigue con el fin de la guerra o del conflicto armado ni con la conclusión de acuerdos de paz (“paz armada”). Más bien, la paz es un proceso continuado destinado a erradicar la guerra y sus causas, y es la violencia patriarcal contra las mujeres y, especialmente, la violencia sexual en la guerra, lo que amenaza la paz mundial, algo que también se destaca en las resoluciones de la ONU. Para las mujeres, la paz es “la ausencia de miedo, la vida sin violencia, la libertad de la violencia sexual masculina, la ausencia de odio, de miseria, de toda forma de discriminación, de injusticia y, por supuesto, la aplicación de las leyes de justicia transicional, la desmilitarización”[8], etc.

Más bien, la paz es un proceso continuado destinado a erradicar la guerra y sus causas, y es la violencia patriarcal contra las mujeres y, especialmente, la violencia sexual en la guerra, lo que amenaza la paz mundial, algo que también se destaca en las resoluciones de la ONU.

La experiencia en Serbia demuestra que el principio y la práctica de la impunidad de la violencia y los crímenes se perpetúa a través de la impunidad: a través de la violencia doméstica, el no reconocimiento de las víctimas de los crímenes de violación tanto en la guerra como en la paz. Por eso se justifica que las teóricas y activistas feministas insistan en los crímenes sexuales de género en la guerra “no solo porque las mujeres están más expuestas a la violencia sexual en la guerra, sino también porque la violencia continúa en la llamada paz”. La violación en la guerra se reconoce porque se considera una consecuencia de circunstancias excepcionales o anormales. Sin embargo, cuando las mujeres son víctimas de violaciones en la vida cotidiana, no se confía en ellas, principalmente porque no se reconoce la guerra cotidiana contra las mujeres[9]”. Por supuesto, esto no significa que la violación sea idéntica en la guerra y en la paz, porque la guerra intensifica la brutalidad, pero se reproducen patrones similares.

Sin embargo, cuando las mujeres son víctimas de violaciones en la vida cotidiana, no se confía en ellas, principalmente porque no se reconoce la guerra cotidiana contra las mujeres

La guerra en Serbia continúa por otros medios. La experiencia de Mujeres de Negro en relación con los derechos laborales ha demostrado que las mujeres, además de la explotación esclava, están expuestas -tanto en el sector público como en el privado- a crecientes abusos sexuales, acoso, chantaje sexual, en presencia y con la aprobación del Estado. En el caso de la violencia y los crímenes de guerra, se trata de crímenes organizados por el Estado y, según el mismo sistema de valores, el régimen protege a los criminales sexuales, la mayoría de los cuales participaron activamente en la guerra. La frecuencia de todas las formas de violencia, la epidemia de abusos sexuales en Serbia conduce a la normalización o “banalidad del mal” (Hannah Arendt).

Imagen destacada de esta entrada: acción «¡Dejen de matar mujeres!» organizada el 6 de diciembre (Día del Feminicidio) de 2021 en la Plaza de la República de Belgrado. En la pancarta roja se puede leer en serbio. «La vida de las mujeres importa»

La foto es propiedad de Mujeres de Negro y no se puede copiar ni usar para otros fines sin permiso.

Puedes leer la tercera y última parte de este texto clicando aquí


  1. National Action Plan (2010-2015)

  2. Mina Damnjanović, ’Zločin seksualnog nasilja u ratu’, Nezavisni monitoring za primenu Rezolucije 1325, Women in Black, Belgrade 2017.

  3. Staša Zajović, Nezavisni monitoring za primenu Rezolucije 1325, cit.

  4. Lepa Mlađenovič: Stop nasilju nad ženama, Žene za mir, Žene u crnom, Belgrade 1993. 

  5. Ibid.

  6.  Žene za mir 1997, published by WiB  

  7. The Belgrade Women’s Lobby, announcement, 8th Jan, 1992. 

  8. Women’s Charter of Peace and Security created during the educational activities of the WiB throughout Serbia regarding security in Serbia from 2005 onwards.

  9. Ronda Copelon, op. cit. 

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