La coincidencia de flujos, de ida y vuelta, entre la venta de armas y las rutas migratorias salta a la vista con lo dicho hasta ahora.

Y decimos coincidencia porque son muchas más las variables de dominación-violencia que interactúan entre Norte y Sur y viceversa y generan rutas de ida y vuelta viciosas, tanto en el plano político, como en el cultural, el ecológico o cualquier otra de las dimensiones de nuestra fase actual de capitalismo globalizado, lo que quiere decir que los factores que pueden desplegarse para desarrollar ese circuito global de males plurales con la movilidad humana forzosa o semiforzosa son muy variados y no necesariamente vinculados a la venta de armas.

Sin embargo, considerar que la venta de armas no tiene relación vectorial con la migración Sur-Norte, o más precisamente con la migración Sur-Norte vinculada a conflictividad y guerras, es imposible.

La mera coincidencia de rutas de venta o tráfico de armas con respuesta migratoria en forma de refugiados es insostenible. En cierto modo, la transferencia y venta de armas de armas potencia el agravamiento de las condiciones de violencia dominación en el escenario del Sur, fortalece el escenario “expulsor” hacia otros lugares de sus sufridos habitantes y desencadena flujos migratorios hacia el Norte.

Y esto ocurre, en gran parte, en la medida en que la venta de estas armas genera un ingente negocio económico con resultado muy lucrativo para el Norte, condiciona en interés de los países exportadores las políticas de los importadores, les impone una deuda que hábilmente puede ser manejada en el doble sentido económico y político por los países del Norte, facilita la exportación de sus recursos económicos y (también) un flujo migratorio vulnerable del que se va a beneficiar a la larga el Norte, y fragiliza los equilibrios regionales de las zonas donde se consolida este negocio armamentista, lo que consolida a su vez el poder del norte sobre el Sur.

Todo ello impone una espiral de violencias que se repite hasta la saciedad, ahora de forma sinérgica, imponiendo una situación global insostenible y haciendo de la guerra y la venta de armas uno de los principales negocios del Norte y una de las mayores cadenas del Sur.

Clicar para ampliar.

5) Enfoque militarista de las crisis de refugiados en Europa.

Si hemos llegado hasta aquí, no es por mera coincidencia.

Que las migraciones Sur Norte están desencadenadas por el militarismo propulsado desde el Norte Rico con la colaboración de las élites inmorales del Sur fragilizado no es algo que digamos los antimilitaristas solamente.

Si acudimos al texto “The Global Risks Report 2019”, del World Economic Forum, en su 14 edición deja muy clara la vinculación de la migración con el enfoque securitizador y militarista que actualmente está en vigor y sitúa entre los principales factores de riesgo global algunos de los que tienen que ver con los motivos expulsores de los migrantes de las zonas más afectadas por conflictos, violencias estructural y cultural o guerras.

Este estudio sitúa en el epicentro de los vectores que pueden implicar tendencias de riesgos precisamente a la inmigración involuntaria a gran escala, a la que interrelaciona con la inmensa mayoría de situaciones de riesgo previsibles y de las interconexiones de riesgos.

Clicar para ampliar.

Si acudimos a la estrategia de seguridad nacional europea o española veremos, aterrados, que los malos también lo saben y lo tienen así de claro (¿y planificado?), por lo que han pasado a convertir el tema migratorio en un tema de seguridad y en una faceta más de la política securitizadora y remilitarizadora.

Por lo que respecta a este enfoque militarizador de la migración desde las estructuras de la UE, por resumirlo mucho Europa cuenta con tres grandes mecanismos para abordar lo que viene denominando con distintos eufemismos que disfrazan la correlación entre las malas políticas y el intervencionismo europeo (entre otros) y los desplazamientos humanos hacia Europa, tales como “crisis migratoria”, “marcos de cooperación en materia migratoria” y otros similares:

  1. Cooperación económica, mediante la constitución de un Fondo Fiduciario de Emergencia para África y un Plan Europeo de Inversiones Exteriores
  2. Con misiones militares y policiales encuadradas en la que llaman “política Común de Seguridad y Defensa” de las que actualmente se desarrollan las siguientes misiones militares:
    1. ALTHEA/BiH
    2. EU NAVFOR Somalia
    3. EUAM Iraq 
    4. EUAM Ukraine
    5. EUBAM Libya
    6. EUBAM Moldova and Ukraine
    7. EUBAM Rafah
    8. EUCAP Somalia
    9. EUCAP Sahel Mali
    10. EUCAP Sahel Niger
    11. EULEX Kosovo
    12. EUMM Georgia
    13. EUNAVFOR MED Operation Sophia
    14. EUPOL COPPS/Palestinian Territories
    15. EUTM RCA
    16. EUTM Somalia
    17. EUTM-Mali

Estas misiones, hasta 2017, conforme a la documentación oficial de la UE que hemos consultado, se distribuyen en el mapa del siguiente modo:

Militarismo y migración forzada: ¿una mera coincidencia?
Clicar para ampliar.

A estas misiones se unen las que ya se han completado:

3) La constitución de un mecanismo de control de fronteras, FRONTEX, que cuenta con un presupuesto abrumador de la UE y que es ejecutado por las fuerzas policiales y militares de los países miembros. Entre sus cometidos se encuentra el de aplicar las políticas de control duro de la frontera exterior (que no impide, pero sí ayuda a convertir en sumamente vulnerable la migración Sur-Norte) y de repatriación (a la que llaman retorno).

CEAR diseña, con arreglo a los datos proporcionados por FRONTEX, el siguiente mapa de rutas migratorias que empeñan los principales esfuerzos militar/policial de esta política de fronteras:

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Frontex. Clicar para ampliar.

El presupuesto de FRONTEX Alcanza los 300 millones de euros anuales (322 para el año 2020) y se suma al que los Estados miembros destinan a las labores de vigilancia que pone a su disposición para las misiones que realiza.

4)  Un “Marco de Asociación” en materia de Migración estrechamente vinculado a la cumbre de la Veleta de 2015, y que pone su foco de atención principal en acuerdos con cinco países de especial preocupación en Europa: Níger, Nigeria, Senegal, Mali y Etiopía, así como con otros menos “prioritarios” como Egipto y Afganistán.

Dicho plan establece cinco prioridades para reducir al flujo masivo de migrantes hacia Europa:

  • abordar las causas profundas de la migración irregular y del desplazamiento forzoso
  • mejorar la labor de fomento y organización de canales de migración legal
  • reforzar la protección de los migrantes y solicitantes de asilo
  • combatir la explotación y la trata de migrantes
  • mejorar la cooperación en materia de retorno, readmisión y reintegración.

5) Acuerdos vergonzantes para establecer países tapón, como es el caso del acuerdo con Turquía o Libia.

En el caso de Turquía, la Comisión Europea aprobó en la cumbre de 24 de noviembre de 2015 unas bases para el posterior acuerdo UE-Turquía, cuya finalidad era establecer en dicho estado un tapón a la oleada de refugiados causados por la llamada guerra Siria, que como se sabe rebasa al estado sirio.

El acuerdo establece un “mecanismo” de compensación a Turquía por hacer el trabajo (militar/policial) sucio.  Conforme a la muy interesante y documentada tesis de grado de Carmen García Escobar, de la Universidad de La Rioja, titulada “los Estados Miembros de la UE ante la crisis migratoria provocada por el conflicto sirio “ (julio 2017).

Comenzó con un presupuesto de 3000 millones de euros, 500 de ellos a cargo de la UE y el resto distribuidos entre sus estados miembros, pasando a partir de 2016 a distribuirse 1000 a cargo de la UE y los restantes 2000 entre sus estados miembros, con arreglo al cuadro de aportaciones.

Militarismo y migración forzada (III): ¿una mera coincidencia?
Contribución UE a Turquía para refugiades (Mill. $). Clicar para ampliar.

En cuanto a Libia, se cuenta con una Asociación con Libia, cuyas acciones consisten en:

1) formar a la guardia costera

2) proteger y asistir a los migrantes y refugiados

3) apoyar a las comunidades locales

4) mejorar la gestión de las fronteras.

Hasta mediados de 2018 la UE ha destinado 237 millones de euros a la financiación de esta alianza.

Se puede decir que Europa contribuye en su política migratoria a un enfoque remilitarizador y ciego, pues con una mano ayuda a provocar una geopolítica de guerra por todos los medios que actúa como factor expulsor y con la otra construye una política securitizadora y militar de contención del flujo que huye.

África subsahariana y el latente colonialismo de raigambre francesa y cuño europeo es un claro exponente de ello, Oriente medio otro.

Analiza Alfredo Campos García en un interesante artículo titulado Guerras en oriente medio: unión europea, refugiados y fronteras asimétricas (Diarios del Terruño. Enero-junio 2017. Universidad Autónoma Metropolitana. Ciudad de México) la asociación de esta política con los conceptos de guerra por delegación que afectan a las regiones de principal expulsión de refugiados hacia Europa.


Lee los artículos anteriores de esta serie de cinco:
Militarismo y migración forzada (I): Hay dos rutas
Militarismo y migarción forzada (II): La ruta migratoria Sur/Norte

Compartir