El caso de España no se queda atrás en este enfoque militarista del hecho migratorio (ver la anterior entrega: Militarismo y migración forzada (III): ¿Una mera coincidencia? ) .

Nuestra doctrina de Seguridad Nacional destaca que la migración internacional es, también, un problema de seguridad nacional y prevé un enfoque militar/policial para resolverlo.

Así aparece en la documentación de nuestra doctrina de defensa y seguridad, como un riesgo y amenaza para nuestra seguridad, en pie de igualdad con los conflictos armados, el terrorismo o la proliferación de las armas de destrucción masiva, por ejemplo.

Rechazar el enfoque militarista del hecho migratorio: Dos círculos concéntricos de potenciadores de amenazas, el geométricamente exterior, y riesgos y amenazas concretas el interior, donde figura el término "Flujos migratorios irregulares".
Fuente: Departamento de Seguridad Nacional
Clicar para ampliar

Del mismo dice la página web del Departamento de Seguridad Nacional (https://www.dsn.gob.es/sistema-seguridad-nacional/qué-es-seguridad-nacional/riesgos-amenazas-para-seguridad-nacional#flujos_migratorios) que

Los flujos migratorios, debido a las dinámicas que han experimentado en las últimas décadas y al incremento de su volumen, se han transformado en un fenómeno con implicaciones para la política de seguridad. Así, nuestro país, al igual que en el resto del entorno europeo, se enfrenta a múltiples desafíos derivados del asentamiento de las corrientes migratorias irregulares.

El crecimiento de la población mundial durante la próxima década se concentrará en los países en desarrollo y, de forma particular, en África y Asia. Si persisten en estos países la pobreza, la desigualdad, los conflictos bélicos, los riesgos medioambientales, la debilidad institucional y los regímenes autoritarios resulta previsible que los flujos migratorios irregulares desde estos países se mantengan o se incrementen ya que la ausencia de expectativas vitales, la falta de seguridad personal y la falta de derechos son factores determinantes que impulsan la emigración.

El cuadro elaborado por el referido departamento, señala las principales rutas migratorias que tienen interés para nuestra concepción de la seguridad nacional:

Cuadros indicando sobre un mapa mundi las zonas de origen y destino de las migraciones, su estimación en número personas y su valor mometario estimado.
Clicar para ampliar

La estrategia de Seguridad Nacional se fija como objetivo en este ámbito

… la prevención, el control y la ordenación de los flujos migratorios en nuestras fronteras, que constituyen, a su vez, límites exteriores de la UE

y para el logro de tal fin

la ordenación eficaz de los flujos migratorios; la vigilancia y control de los accesos a las fronteras exteriores españolas en el marco del Sistema Integrado de Gestión de las Fronteras Exteriores de la UE; la cooperación con los países de origen y tránsito migratorio, para favorecer su desarrollo, fomentar vías de inmigración legal y prevenir en origen la inmigración irregular; y la estrecha colaboración entre las Administraciones Públicas y, en su caso, con las ONG y el sector privado, con el objetivo de prevenir los riesgos asociados a la inmigración irregular.

Pero en un giro curioso, vincula migración con delincuencia y terrorismo y señala que

se fomenta la …  preservación de la seguridad ciudadana, para facilitar la lucha contra el crimen organizado, las redes de inmigración irregular y de tráfico de seres humanos, así como impedir que determinados grupos instrumentalicen o capten a inmigrantes para actividades ilícitas;

España supedita, sigue el documento, su política de control de flujos migratorios a la política común de la UE.

La página web del DSN que explica esta ordenación de flujos migratorios (https://www.dsn.gob.es/sistema-seguridad-nacional/qué-es-seguridad-nacional/ ámbitos-seguridad-nacional/ordenación-flujos) desgrana una serie de mecanismos militares y policiales de vigilancia y control de las rutas migratorias desde el Sur, principalmente Marruecos, hacia España, así como la cooperación militar/Policial española a la política de fronteras de la UE, con especial énfasis en las operaciones conjuntas España-Frontex en las fronteras españolas (Índalo y Minerva en el Sur peninsular), o en las fronteras de otros estados miembros (Tritón, Hermes y Poseidón) y de terceros países (Hera frente  a la costa senegalesa).

Por su parte, dentro de la vigente Directiva de Defensa Nacional, el principal documento de planeamiento militar español se dice:

 “no puede olvidarse, de otro lado, que la seguridad de España y la plena estabilidad del mediterráneo sólo se lograrán si su entorno inmediato de oriente medio y del Sahel se mueven en la dirección correcta… Así pues, no puede descuidarse la vigilancia, prevención y actuación a la hora de controlar males endémicos que desde África Subsahariana se proyectan hacia el Norte de este continente y acaban por afectar a España directamente”.

En función de ello España cuenta, ya lo hemos dicho antes, con una estructura, integrada en FRONTEX de control de frontera, que desarrolla principalmente la Guardia Civil (un cuerpo militar encuadrado en el Ministerio del Interior) y con auxilio principal de la Armada, dependiente del Ministerio de Defensa.

Pero el control de fronteras made in Spain va más allá, porque la doctrina militar española cuenta con un concepto de enfoque militar con la llamada “Doctrina de Seguridad de Fronteras Avanzadas”.

Esta doctrina de fronteras de seguridad avanzada desplaza nuestro interés militar en el Sahel, donde ya contamos con una espesa red militar que abarca la participación en la guerra en Mali y República Centroafricana, la presencia y los acuerdos militares en Senegal, Gabón y Golfo de Guinea, la donación de material militar y patrulleras militares a los ejércitos de Senegal, Costa de Marfil y otros países ribereños, y la presencia muy consolidada de la inteligencia militar española en esta zona, sin olvidarnos de la también importante presencia militar en Somalia, Yibuti y el Índico y la venta de armamento a países centroafricanos.

El ejército de Tierra definió en unas Jornadas llamadas “Contribución del Ejército a la Seguridad de África: frontera avanzada” (25 y 26 de marzo de 2015) sus precisiones sobre estas fronteras avanzadas que sitúan nuestra frontera más allá de ella misma, en el Sahel, donde ese admite que operamos ya militarmente y con la inteligencia militar y se señala que cada vez será más importante nuestra presencia.

Aportan un interesante mapa que acompañamos y que habla por sí solo, mostrando a su vez la orientación colonialista, de la mano de Francia, en la que nos hemos embarcado en el Sahel.

Rechazar el enfoque militarista del hecho migratorio: Mapa de África excluyendo la zona sur con iconos de yacimientos y explotación de recursos, conflictos armados y terrorismo, así como misiones militares de España, UE y ONU.
Clicar para ampliar

Esta orientación colonialista viene además avalada por una redistribución del despliegue militar español, que ha desplazado gran parte de su esfuerzo militar a las Islas Canarias, con el claro propósito de establecer un control mayor de los escenarios donde España se ha involucrado militarmente en el África subsahariana.

También responde al mismo la existencia de operaciones militares españolas en el exterior de carácter bilateral con Túnez, Senegal, Gabón y Guinea.

Es significativo que nuestra anterior Ministra de Defensa, en octubre de 2016 se ufanara en tildar a las fuerzas armadas desplazadas en operaciones en el exterior como “la cara visible de la política exterior española”, certificando esta identificación militarismo/política exterior española.

Podríamos, dado el período preelectoral en que nos encontramos, encender una luz de alarma más, comprobando los discursos políticos en liza sobre seguridad y hecho migratorio. Nada bueno se pretende desde la casta política si la movilización social no les pone coto.

6) Antimilitarismo y apoyo a los migrantes: ¿La guerra se para aquí?

Si nos hemos detenido en procurar explicar esta realidad de la vinculación entre venta de armas y migraciones es porque,a continuación, queremos estableced otra relación, precisamente la que involucra a las luchas contra militarismo y desplazamiento forzado y vinculado a mecanismos expulsores fruto del paradigma de dominación y violencia que padecemos.

La lucha antimilitarista no puede desentenderse de la lucha por los derechos humanos de los migrantes, ya sea en su situación de vulnerabilidad y salida forzosa o semiforzosa, o en su derecho más básico a no ser expulsados ni forzados a una migración fruto de la violencia global.

La migración forzada tiene que ver, como venimos señalando, con el paradigma de dominación-violencia vigente de forma global en el planeta y, particularmente, con una geopolítica que impone la estrategia de guerra y de preparación de guerra (y no solo por medios militares) en amplias regiones del planeta y que, desde la privilegiada situación del Norte rico, planifica una especie de conflictividad delegada (que en ocasiones, pero no necesariamente desencadena guerras y guerras por delegación) en el Sur y desarrolla ésta como un negocio en el que la venta de armas es una pata más.

La guerra, como bien apunta el antimilitarismo, comienza aquí. La expulsión de millones de personas y la migración forzosa también. Y es aquí donde privilegiadamente podemos pararlas.

La venta de armas forma parte de esta estrategia de exportación de conflictos y guerra. Somos los productores de esas armas. Somos los que planifican su venta al Sur, las condiciones en que ha de negociarse su comercialización, los países a los que se proporciona, los acuerdos que han de suscribir para tener acceso a ellas… las guerras que han de hacer, o con que han de amenazar, a otros competidores globales o a países no aliados.

La interconexión entre militarismo y migración forzosa, con el hilo conductor de la dominación-violencia rectoras del orden mundial, es, creo haberlo descrito, evidente.

Y por ello debería serlo también la interconexión de la causa antimilitarista y la del movimiento migratorio. Luchamos contra el mismo mal. Apostamos por un horizonte de esperanza similar.

No puedo comprender un antimilitarista insensible a la vulneración migratoria. De hecho, muchos activistas antimilitaristas y grupos de orientación antimilitarista participan de esta preocupación y de las luchas migratorias desde hace tiempo. Y tampoco se me ocurren razones para que un activista de la lucha migratoria no comparta los propósitos antimilitaristas.

Como en otras muchas luchas sociales, la interconexión de los problemas globales y de las apuestas de transformación anticipadoras es evidente. El feminismo por ejemplo nos está dando una gran lección transversalizadora en todos los sentidos. También en el protagonismo en las resistencias antimilitaristas y contra la venta de armas que actualmente tienen lugar desde puertos españoles con destino a países en conflicto.

Asistimos a un crucial momento en que se hace imprescindible la interconexión de luchas, de ideas y prácticas de movimientos sociales alternativos para responder al desafío global de la actual fase de no retorno del capitalismo.

Compartir agendas, introducir en las agendas propias de movimientos o luchas antimilitaristas, ecologistas, feministas, altermundistas, anticapitalistas, migratorias o por el bien común, las prioridades de los otros y hacerlas nuestras, conectar las agendas propias con las otras, establecer con ello una nueva sinergia aparece en el horizonte como un paso deseable, aunque quizás no tan fácil de recorrer.

7) Una Agenda conjunta

Si los problemas migratorios desencadenados por factores expulsores que deben ser entendidos en un paradigma de globalización regido por las ideas fuerza de dominación-violencia, se entrecruzan con el creciente militarismo, se hace evidente que las preocupaciones de resistencias y luchas relacionadas con la movilidad humana y el antimilitarismo se deben encontrar y entrecruzar.

Es este un entrecruzamiento que, estimo, no es el único.

Otras muchas luchas globales necesitan encontrarse y no sólo en el aspecto mas difuso de simpatizar por unas u otras, sino en el de un verdadero compartir de ideales, de resistencias y luchas, de prácticas y objetivos y, por qué no, también de agendas de lucha.

Desde luego no es el único entrecruzamiento que, en mi opinión, es pertinente huy en día y, de hecho, se viene produciendo, por ejemplo, entre la lucha global ecologista, feminista o de lo que extensamente vamos a llamar lucha por el bien común y de todas ellas conjuntamente.

En un libro que espero que-i los editores acaban entendiendo que este tipo de reflexiones merecen el esfuerzo- vea la luz pronto, me he centrado en explicar estar interrelaciones y las luchas globales y no tan globales que de ellas podrían derivarse.

Existen en mi opinión cuatro (con el tema migratorio sería posible constituir un nuevo polo que sería el quinto) grandes dinámicas de movilización global que pueden desencadenar ciclos de movilización social alternativa y hacia una alternativa global, y que cuentan con actores y protagonistas diversos que podemos denominar globalmente como feminismo, ecologismo, antimilitarismo y movimiento de bien común (un quinto sería un movimiento migratorio impulsor de un orden mundial equitativo y no expulsor, si tal movimiento llegara a articularse).

Cada uno de estos movimientos globales tiene sus propios horizontes de lucha. Aunque sea un atrevimiento por mi parte, les he puesto un nombre que tal vez sirva para entender el propósito de esta presentación.

Rechazar el enfoque militarista del hecho migratorio: Esquema con 5 luchas sociales oparadigmas alternativos, sus sinergias y sus interacciones.
Clicar para ampliar

La combinación de los cuatro (o cinco) paradigmas alternativos nos ofrece una imagen de sus sinergias y nos permite identificar nuevas estrategias combinadas, interconectadas y multiplicadoras para quitarle poder al sistema-mundo global y dotarnos de una alternativa global a la medida de las necesidades del planeta y de las nuevas generaciones.

Podemos definir con diversos términos los encuentros entre los distintos mundos alternativos. Nosotros hemos rotulado a cada uno con una idea “síntesis” que nos parece adecuada, pero no es cuestión, en nuestra opinión, de palabras, y reconocemos que tal vez el lenguaje y nuestra propia comprensión nos limita a la hora de identificar estos encuentros. No obstante nos pueden servir a título orientativo conforme al siguiente gráfico:

Rechazar el enfoque militarista del hecho migratorio: Esquema de conjuntos con las intersecciones entre cuatro de los paradigmas reseñados en el esquema de la imagen anterior y su área común de "coevaluación gloobal alternativa".
Clicar para ampliar

Así, en encuentro del paradigma Ecologista y el del Bien Común dará lugar a una línea maestra de Desarrollo sostenible”, mientras que el del Bien Común y el Antimilitarismo dará lugar a otra línea de “desmilitarización social”. Por su parte el encuentro de Ecologismo y Feminismo permite identificar otra línea de “justicia equitativa”, y el del Feminismo y el Antimilitarismo a una ética de lucha contra las violencias que hemos definido “ética noviolenta”.

De las anteriores líneas definidas, encontramos otros encuentros más, a modo de síntesis, y así el encuentro entre “desarrollo sostenible” y “desmilitarización social” permite identificar políticas de “Seguridad Humana” y el encuentro entre “justicia equitativa” y “Desarrollo sostenibl29e” nos conduce a políticas de “justicia intergeneracional”. Por su parte, del encuentro entre “justicia equitativa” y “Ética noviolenta” aparece una línea de “Ética de los cuidados” y del encuentro entre “Desmilitarización social” y “Ética noviolenta” aparece la idea de Defensa Popular Noviolenta”. Ahora es la reunión de las cuatro nuevas conclusiones (“Justicia Intergeneracional”, “Desarrollo humano”, “Ética de los cuidados” y “DPNV” que aparece la idea integrada de “coevolución global alternativa”, reunión de todas estas sinergias.


Imagen destacada: Soldados españoles patrullan la valla fronteriza de Ceuta durante el primer gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero.


Puedes leer aquí los artículos anteriores de esta serie de cinco:
Militarismo y migración forzada (I): Hay dos rutas
Militarismo y migración forzada (II): La ruta migratoria Sur/Norte
Militarismo y migración forzada (III): ¿Una mera coincidencia?

Compartir