Simultáneamente con el estallido de la guerra en Ucrania, apareció en Rusia la “Resistencia Feminista Contra la Guerra”. ¿Qué es y qué hacen sus activistas? Nos llega de allí precisamente, para relatarlo, una especie de breve radiografía de la Resistencia Feminista contra la Guerra y, dentro de ese relato, ellas advierten: «Los soldados que cometen crímenes de guerra nos traumatizan colectivamente.»

La fuente, Nóvaya Gazeta (literalmente, «Nueva Gazeta»), es un periódico ruso conocido en su país por su cobertura crítica y su periodismo de investigación de los asuntos políticos y sociales rusos.​ Se publicaba en Moscú, en regiones de Rusia y en algunos otros países. A partir de 2009, la edición impresa se ha estado publicando los lunes, miércoles y viernes; los artículos en inglés en el sitio web se publican de manera irregular. La traducción que realizamos aquí, por tanto, se hace directamente desde el original en idioma ruso, publicado hace poco más de 24 horas. En marzo de 2022 el periódico fue obligado a suspender publicaciones y la actividad, a raiz de la posición crítica del periódico ante la invasión de Ucrania por las tropas rusas.

Seis personas que ejercían el periodismo en la redacción de Nóvaya Gazeta, y entre quienes se encontraban Yuri Schekochijin,​ Anna Politkóvskaya y Anastasia Babúrova, han sido asesinadas desde 2001, en relación con sus investigaciones críticas con el gobierno de Vladímir Putin. Junto con esas investigaciones, fue precisamente la cobertura de la segunda guerra de Chechenia la que puso también a a Anna Politkóvskaya en el punto de mira.

«Los soldados que cometen crímenes de guerra nos traumatizan colectivamente»

Simultáneamente con el estallido de la guerra en Ucrania, apareció en Rusia la “Resistencia Feminista Contra la Guerra”. ¿Qué es y qué hacen sus activistas?

Fuente: https://novayagazeta.eu/articles/2022/04/29/u-voiny-ne-zhenskoe-litso

13:59, 29 de abril de 2022

Introducción

El 23 de febrero, la periodista y activista feminista Darya Serenko salió del centro de detención especial tras 15 días de arresto por una foto con los símbolos de «Smart Vote». Y al día siguiente, estalló una guerra. Serenko y otras jóvenes activistas se reunieron inmediatamente una sala de chat de coordinación. «Decidimos que teníamos que reenfocar de alguna manera nuestro activismo contra la guerra; todo recayó de forma muy natural en esta red de activistas que existía antes», dice Daria. El segundo día de la guerra, las chicas organizaron la «Resistencia Feminista contra la Guerra».

La activista feminista Daria Serenko. Foto: redes sociales

La estructura organizativa de la Resistencia Feminista contra la Guerra (en adelante, FAR, por las siglas en inglés de Feminist Anti-War Resistant) no es vertical, sino una asociación de células locales y activistas individuales en todo el mundo. Cualquiera que quiera identificarse con el movimiento puede hacerlo libremente, no hay ningún proceso de «iniciación». «Las activistas pueden hablar en nombre de FAR, pueden utilizar los símbolos que publicamos en el dominio público. Precisamente por eso el FAR se ha hecho tan visible», explica Emily, representante de la célula en Ereván.

«Muchas iniciativas activistas que solían expresarse con sus propios nombres, o que tienen algún tipo de plataformas e instituciones propias, no pueden decir directamente que participan en el activismo contra la guerra, porque entonces quedaría inmediatamente claro en esas regiones quiénes son. Por eso el nombre de la resistencia feminista contra la guerra se utiliza, entre otras cosas, como una máscara para el anonimato», añade Serenko.

Mujeres de Negro contra la Guerra

Una de las mayores acciones lanzadas por la FAR es Mujeres de Negro. La lanzaron 16 de marzo, dos días antes de la celebración nacional de la anexión de Crimea. La esencia de la acción consistía en vestirse de negro y plantarse en las calles y plazas de las ciudades cada viernes, expresando así el luto por las personas muertos por los combates.

Sin embargo, el concepto de este tipo de acción no es nuevo. En 1988, las mujeres israelíes emprendieron por primera vez una acción de este tipo para protestar contra los crímenes de guerra israelíes y abogar por el fin de la guerra. En Rusia, en la década de los 90, se llevaron a cabo acciones similares por parte de activistas que lloraban la muerte de los fallecidos en las dos guerras chechenas.

«Esta acción tiene un carácter simbólico porque quienes pasan se dan cuenta de que cuando la gente de negro se queda parada y callada, algo está pasando. La gente que las vé se acerca a preguntar y a hablar. Por lo tanto, esta acción tiene potencial de diálogo. La gente habla del motivo de su dolor, habla de la situación en Ucrania», explica Daria.

Acción de Mujeres de Negro contra la Guerra en Ucrania. Foto: redes sociales

A pesar del carácter extremadamente pacífico y aparentemente «seguro» de la acción, las fuerzas de seguridad no la pasaron por alto. Anna, una activista de la FAR de Ekaterimburgo, dijo que unas horas después de salir de negro, la policía acudió a su domicilio, donde no la encontraron, y al día siguiente la encontraron en otro piso. En el juicio, Anna fue declarada culpable de violar el orden de una concentración (artículo 20.2, parte 2, del Código Administrativo) y condenada a nueve días de cárcel.

El tribunal consideró a la activista organizadora de la acción, pero, según ella, no pudo aportar pruebas de ello.

Al día siguiente de que Anna saliera del centro de detención, la policía detuvo a la segunda de las tres participantes en la acción. También recibió nueve días de arresto por permanecer de negro en medio de la plaza del pueblo.

“Creo que es necesario utilizar esas imágenes y símbolos que ahora están más a mano. Si la imagen de una joven con una flor ayuda a alguien a replantearse su postura militarista, entonces eso ya es bueno”, dice Anna sobre el activismo.

Las voces de las mujeres ucranianas

Además de las acciones «en la vida real», las activistas de la resistencia feminista contra la guerra también participan activamente en campañas en Internet. Una de ellas es la iniciativa #voices_of_Ukrainian women, lanzada el 2 de marzo. La esencia de esta campaña es que mujeres ucranianas de diferentes partes del mundo envían mensajes al bot del canal sobre sus pensamientos, y las activistas los publican, haciendo así públicas las experiencias de las chicas. A veces, FAR también recibe mensajes pidiendo ayuda. Los activistas transmiten la información a las organizaciones de derechos humanos pertinentes y no publican nada que pueda poner en peligro la integridad de las autoras.

Según Serenko, las cartas de las mujeres ucranianas suelen ser similares en cuanto a su temática, ya que cuentan la vida cotidiana durante la guerra. «Por ejemplo, recibimos una carta de una chica que intentaba arreglar su alojamiento temporal para que su niña no tuviera tanto miedo. Este es el tipo de pequeñas cosas que la guerra probablemente absorbe, pero la mujer le presta atención», dice la activista.

Células

El FAR tiene una estructura no lineal y muchas células o incluso activistas individuales operan de forma autónoma. Por ejemplo, la célula FAR de Ereván realizó una interpretación de las #voces_de_las_mujeres_ucranianas a su manera y llevó la acción al «mundo real». El 7 de marzo, cuando Armenia celebró el Día de la Madre, activistas locales acudieron a la Iglesia de la Santa Virgen y leyeron cartas de mujeres ucranianas. En Armenia, las actividades de las FAR no se han enfrentado hasta ahora a la violencia de las fuerzas de seguridad, pero las personas que acuden a ellas siguen teniendo dificultades para sentirse seguras en las concentraciones.

«Se reconoce enseguida a gente que ha volado desde Rusia, salen a protestar, pero tienen miedo de la policía que acompaña las manifestaciones por razones de seguridad»,

dice Emily, una activista de Ereván.

Algunas activistas que abandonaron el país después del 24 de febrero de 2022 siguen organizando acciones e iniciativas en Rusia. Yulia, activista de FAR en Chipre, dice que participa en la organización de un grupo antibélico que ayuda a las personas en Rusia a luchar por sus derechos en caso de discriminación o presión en el lugar de trabajo por sus opiniones políticas o su postura contra la guerra.

Las activistas de la iniciativa bielorusa Girls Power Belarus también se involucraron en las actvidades de la FAR, (para este artículo pidieron que se cambiara su nombre por el de Daria y María). «Observamos las acciones que la FAR estaba llevando a cabo y redactamos comunicados centrados en Bielorrusia y otros países. Tradujimos el manifiesto de la FAR al bielorruso y lo publicamos. Nos comunicamos, intentamos apoyar sus acciones, les enviamos acciones bielorrusas. Intentamos apoyarlas y ellas nos apoyan», dice Daria.

«Cuando empezamos a recaudar dinero para las mujeres víctimas de la violencia en Ucrania a través del Fondo de Solidaridad Bielorruso Bysol, redactamos un comunicado y lo enviamos inmediatamente a la FAR, y enseguida nos apoyaron, nos preguntaron cómo podían ayudar. Las activistas bielorrusas señalan que en la propia Bielorrusia sólo quedaron grupos minoritarios de base: todas las principales ONG que ayudan a las mujeres en Bielorrusia, así como las activistas, abandonaron el país tras las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales de 2020 y la consiguiente represión.

Activistas bielorrusas durante la acción de Mujeres de Negro en Bialystok. Foto: redes sociales

“Nuestra sociedad necesitará psicoterapia de masas”

Un área de actividad en desarrollo de la FAR es la asistencia psicológica a las mujeres activistas, como contó a «Novaya Gazeta – Europa» la activista, artista y trabajadora social Katrin Nenasheva. En la FAR, supervisa una línea de ayuda psicológica gratuita y conceptualiza las acciones. En su mayoría, llaman a la línea de atención telefónica chicas preocupadas por la confusión, la incomprensión, la depresión y, a veces, incluso por pensamientos suicidas.

«Una vez, por desgracia, la vida de una chica corrió grave peligro, pero afortunadamente pudimos salvarla. Nuestra especialista habló con ella y ahora está en tratamiento», dice Katrin.

A veces, según la activista, basta con que una especialista hable con la chica una o dos veces para resolver el problema. En algunos casos, también puede ser necesario un ciclo de sesiones. Las especialistas en apoyo psicológico de la FAR también celebran reuniones presenciales y dirigen un grupo de apoyo relacionado con los temas de la ansiedad y el agotamiento.

Katrin está convencida de que la ayuda psicológica también será demandada en Rusia después de la guerra, cuando los combatientes vuelvan a la vida civil:

“Los soldados que cometen crímenes de guerra también nos traumatizan colectivamente a quienes les vemos y seguimos las noticias.

Y es necesario que haya algún tipo de ayuda en ambos sentidos. Nuestra sociedad necesitará una psicoterapia de masas a gran escala».


Imagen destacada: Acción de Mujeres de Negro contra la Guerra en Ucrania. Foto: redes sociales

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