Cierta prensa especializada informa que Navantia no necesita para su supervivencia el contrato de las corbetas para la infame dictadura saudí que, de forma obscena, está detrás de la ya no tan silenciada, al menos estos días, guerra en Yemen. Precisamente, la empresa ha anulado otros pedidos por no poder atenderlos, dada su carga de trabajo. Así ha sucedido con un pedido para la Armada de Brasil. Ahora mismo Navantia tiene vigentes pedidos de, por lo menos, 20 fragatas para la Marina de los Estados Unidos y otras 15 para Canadá, así como dos para India. El objetivo de este artículo es mostrar que hay alternativas para Navantia que no pasan por Arabia Saudí, y que esas alternativas podrían (deberían) ser civiles.
Por que es evidente que los ejemplos del párrafo anterior son también navíos de guerra, pero hay quien puede pensar racionalmente que «es ante todo prioritario evitar armar a la cruel dictadura saudí que masacra a diario personas inocentes en Yemen». En todo caso, se desmorona cierto argumentario de sindicalismo desnortado…, ¡la anulación a Arabia Saudí no pone en peligro el astillero!
Sin embargo, hoy nosotras queremos ir más allá, y decir con claridad que no necesitaría Navantia que el entramado militar fuera el objetivo de su producción (como exponemos más en profundidad con algún ejemplo concreto más abajo, en el apartado «Navantia y Prestige: cuando una fragata de guerra se enfrentó a 66 barcos anticontaminación») y es francamente penoso y exasperante que las secciones sindicales implicadas no hayan defendido esa posibilidad, ni mucho menos empujado hacia ella.
Lo cierto es que Infodefensa.com informó en abril de este mismo año que el astillero español Navantia decidió retirarse del programa Tamandaré de la Marina de Brasil, «ante la carga de trabajo que a los astilleros se les viene encima» y que tienen desde febrero con proyectos en todo el mundo. La empresa alega que no está dispuesta a «arriesgar su reputación por no ser capaz de dar la atención necesaria para un cliente».
Navantia ahora está a punto de iniciar la construcción de cinco fragatas para la Armada Española, más dos BAM (Buque de Acción Marítima) y un submarino (ver también al final de este mismo artículo el apéndice «¿Más incentivos económicos, ahora para los submarinos de Navantia?«), ya en producción. Ha firmado el famoso contrato de cinco corbetas para Arabia Saudita, pero también está está atendiendo igualmente el pedido de dos buques de logística para Australia, que ya está construyendo, y tiene pendientes contratos de al menos 20 para la Marina de los Estados Unidos y otros 15 para Canadá, así como dos LHD (buques multipropósito) para la India, además de otros programas en los que está bien posicionada, como la PES (Plataforma Estratégicas de Superficie) colombiana.
En resumen, Navantia está bastante ocupada y decidió dejar fuera el programa de barcos clase Tamandaré de Brasil.
Navantia fue invitada por la Dirección de Gestión de Programas de la Marina (DGePM) de Brasil para presentar su proyecto en diciembre pasado, junto con otras 11 empresas: BAE Systems Ltda, Chalkis Shipyards SA, Damen Schelde Naval Shipbuiding BV, Fincantieri SpA, Grupo Naval BR, Posco Daewoo Brasil, Rosoboronexport Joint Stock Company, Saab, ThyssenKrupp Marine Systems GmbH, Wuhu astillero CO Ltd y ZenTech Brasil Servicios técnicos Ltda.
La adquisición de la clase Tamandaré es una de las prioridades de la Marina de Brasil junto con el Programa de desarrollo de submarinos (Prosub).
Navantia y Prestige: cuando una fragata de guerra se enfrentó a 66 barcos anticontaminación
Tras la catástrofe del Prestige, el gobierno español comprometió fondos (822,99 millones de euros) para una fragata de guerra, la F-105, 66 veces más cara que el más caro de los barcos anticontaminación de aquel entonces, el Urania Mella, (cuyo coste comercial rondaba los 12 millones y medio ) que los distintos gobiernos españoles planificaron adquirir tras aquella catástrofe, pero que nunca llegó a ser propiedad del reino de España.
Actualmente, en lo que respecta a renovación de fragatas, el complejo militar-industrial español se centra en la denominada serie F-110, de la que el gobierno de España prevee dotar nuevamente a la armada de 5 unidades, un proyecto cuyo coste estimado estaría, como mínimo (y ya sabemos qué significa eso en la industria militar) por encima de los 4000 millones de euros, con lo que, de sujetarse el presupuesto, que no será así, por supuesto, la desastrosa proporción fragata/barco-anticontaminación sería similar en los nuevos modelos encargados. al menos sobre el papel, y a día de hoy. Por hacernos una idea, las famosas cinco corbetas encargadas por la dictadura saudí suponen «sólo» 1.813 millones de euros.
Volviendo al Urania Mella, se dió la paradoja, además, que el astillero que lo produjo mediante un contrato de servicios con opción de compra (y que recuperó en 2013 al negarse el estado a su adquisición final) decidió cederlo , tras cambiarlo de nombre, mediante otro contrato, a una petrolera para usarlo también como gasolinera flotante en el litoral gallego.
Como consecuencia, los medios dependientes directamente del Estado español para una dedicación exclusiva en una hipotética nueva «guerra» contra el chapapote disminuyeron, pasando a disponer a mediados de ese año, 2013, de sólo cuatro barcos capaces de absorber tan sólo 150 metros cúbicos de fuel cada uno, frente a un buque como el Urania Mella capaz de aspirar 3.100 metros cúbicos de fuel de la superficie del mar [1] . El Prestige vertió frente a la costa gallega 63.000 tm.
Otras 10.000 tm de crudo permanecen aún hoy en el interior del buque partido y hundido, que desde hace más de 7 años ya no es siquiera revisado, más que indirectamente, y sólo se vigilan posibles fugas vía satélite.
Por eso, tras los años de la «otra burbuja», la militar, que supone unos 29.495 millones de euros hasta 2030 de deuda acumulada, la gente de Galicia clamaba por encontrar carga de trabajo para los astilleros Navantia a la vez que rechazaba la sentencia del caso Prestige. Pero se deben sacar las oportunas conclusiones de cara al futuro sobre el hecho de que, de haber invertido en anti-contaminación naval (es decir, en el ámbito civil), el panorama actual durante un vertido sería radicalmente distinto [2].
En todo caso, se necesita ahora un cambio radical que introduzca una imprescindible utilidad social en la industria que el estado ha sostenido en el pasado por vía presupuestaria con perniciosos objetivos bélicos.
Que necesaria hubiera sido, por tanto, aquella auditoría ciudadana de la deuda, que tanto se reclamó en su momento, tras aquel inicio de la «crisis» del que se cumplen ahora 10 años , y negarnos a terminar de pagar semejantes despropósitos militares, para que la sociedad civil pudiera decidir qué le resulta necesario impulsar con esos recursos liberados de la voracidad capitalista, que tan claramente guía al denominado complejo militar-industrial.
Por todo ello no se entiende nada bien bien la falta de iniciativa de algunas organizaciones sindicales y políticas que obvian presionar a las autoridades gubernamentales en pro de una producción civil de los astilleros que abandone el cómodo hábito de aceptar acríticamente los planes que se urden en la Moncloa por los distintos ministros y ministras de la guerra.
Apéndices:
Navantia entrega a Iberdrola las primeras plataformas del parque eólico marino más grande del mundo
Situado en la costa sureste de Inglaterra, el proyecto East Anglia ONE de la filial británica de Iberdrola, Scottish Power, supondrá el parque eólico marino más grande del mundo, que ocupará lo mismo que 30.000 campos de fútbol y dará electricidad a medio millón de hogares. Cuando empiece a funcionar en 2020 en la costa sureste de Inglaterra, sus 102 aerogeneradores proporcionarán hasta 714 megavatios (MW) de energía limpia.
El proyecto, el segundo entre Navantia e Iberdrola tras el éxito de Wikinger (en el mar Báltico), da continuidad al empleo de Navantia y Windar en sus respectivas instalaciones, ya que está generando 1.000.000 de horas de trabajo, con 800 empleos creados de media y picos de ocupación de hasta 1.300 personas. Además, al igual que ocurrió con el proyecto Wikinger, numerosas empresas locales se están viendo beneficiadas con este contrato.
Mayo de 2014, el PP ya insistía entonces: 400 millones más para buques de guerra, 0 en anticontaminación
En el primer contrato naval anunciado para las factorías andaluza y gallega desde 2008 se volvió a optar cabezonamente por la maquinaria de guerra. Tal vez algunos sindicatos, como decíamos sólo unas pocas líneas arriba, también deberían haber dado explicaciones por su pasiva responsabilidad en esta sangrante situación.
Poco antes, se producía una «dura confrontación política en el parlamento gallego sobre Novagalicia, Navantia y el Prestige»:
Especialmente interesante para el tema de es artículo es el segundo vídeo que se puede visionar en la noticia que enlazamos.
¿Más incentivos económicos, ahora para los submarinos de Navantia?
Hace muy poco, en 2017, el blog del desaparecido colectivo «Utopía Contagiosa», señalaba:
«Los submarinos que Navantia debe construir para la Armada española son, por decirlo así, como el tejido de Penélope, que por más que el tiempo pasa, siempre vuelve al mismo sitio, sin avances. El asunto parece el cuento de nunca acabar…/…El almirante de acción marítima, De la Puente Mora-Figueroa de apellido, ha declarado que los primeros prototipos se entregarán en 2021 al haberse cerrado definitivamente su diseño en 2016 (con varios años de retraso y muchos millones de sobreprecio, se le olvidó decir), y que para ello “ ya solo faltan los incentivos económicos para seguir avanzando en la construcción”
«Armas españolas y Arabia Saudí, las buenas intenciones no bastan»
«Lo que está ocurriendo en Yemen no es muy diferente a lo que ocurre en Siria. Me pregunto si quienes defienden la venta de armas a Arabia Saudí, aceptarían fabricar y vender barcos de guerra para el Ejército de Bashar al Assad. La conclusión a la que hemos llegado usted y yo parece que es la misma a la que llegó la titular de Defensa, quien muy probablemente no ha podido hasta ahora hacer lo que debiera: cancelar toda exportación de armas a Arabia Saudí.»
Extraído de un artículo de Jordi Calvo, coordinador e investigador del Centro Delàs de estudios por la Paz.
Responsabilidades más allá de las industriales
Las cinco corbetas para Arabia Saudí se inspiran en el diseño de las cuatro de clase Avante 2200, construidos durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para la Armada venezolana.
El contrato también prevé el desarrollo de sistemas de control y combate para los buques y un contrato de mantenimiento una vez disponga de ellas la Marina Real de Arabia Saudí.
El acuerdo no solo incluye la construcción de las cinco corbetas, sino también la remodelación del puerto de Yedá, que le servirá de base, y la instrucción de las tripulaciones, unos 600 marineros saudíes que se formarán en España, incrementando todo ello el monto total del acuerdo hasta los 2.000 millones de euros. La Escuela Naval Militar de la Armada Española, ubicada en Marín (Pontevedra), ya tiene preparada sus instalaciones para adiestrar a los oficiales del programa militar saudí.
[1] El peso correspondiente al máximo de volumen que puede ser almacenado en el interior de un buque anticontaminación dependerá de la substancia recogida del mar. Si se trata de petróleo crudo, el peso específico determina su clasificación: mayor de 1.000 kilogramos (1 tm.) por metro cúbico es considerado extrapesado; sin embargo el rango aceptable recomendado para el petróleo crudo pesado es de 920 a 1.000 kilogramos por metro cúbico. Esas densidades se relacionan también, lógicamente, con la flotabilidad del vertido en el agua salada.
[2] El Sistema Portuario español de titularidad estatal está integrado por 46 puertos de interés general, gestionados por 28 Autoridades Portuarias, cuya coordinación y control de eficiencia corresponde al Organismo Público Puertos del Estado: http://es.wikipedia.org/wiki/Puertos_del_Estado#Estructura_del_Sistema_Portuario
*Imagen destacada: maqueta del buque tanque Urania Mella en la quinta edición de la Feria Internacional de la Industria Naval de Vigo, Navalia 2014, publicada en http://tecnologia-maritima.blogspot.com