En un momento de desestabilización como éste, necesitamos estrategias y tácticas que funcionen a largo plazo, que puedan guiarnos en la acción de forma efectiva. Esta es la segunda entrega de la traducción en tres partes del texto «Tres ideas clave para construir un fuerte y afectivo movimiento contra la opresión en Palestina e Israel.«
Tres ideas clave para construir un fuerte y afectivo movimiento contra la opresión en Palestina e Israel
Rae Abileah y Nadine Bloch, 18 de octubre, 2023. (Lee aquí la primera entrega de la traducción y aquí la tercera)
1. Encuadres (continuación)
Otro marco puede mostrarnos los legados intergeneracionales del trauma en juego. La neurociencia explica cómo cuando estamos en una respuesta traumática hiperactivada, somos incapaces de pensar desde nuestro córtex prefrontal, nuestro cerebro lógico. Entramos en una dinámica de lucha/huida/frío/desmayo, sea lo que sea lo que nuestra mente racional nos diga de las circunstancias. ¿Hasta qué punto el ruido de sables de los ataques a Gaza está infundiendo un trauma que se convierte en arma con voluntad de generar más violencia, que crea más trauma? Para la población judía, que ha sido perseguida a lo largo de los siglos, esta herida traumática puede ser profunda, al igual que el deseo de «venganza», a menudo impregnado de racismo antiárabe. El lema adoptado en las movilizaciones masivas lideradas por personas judías en Washington, D.C. esta semana pidiendo un alto el fuego aborda bien esta cuestión: «Mi dolor no es tu arma».
Además, los traumas ancestrales, unidos a un creciente antisemitismo real, pueden hacer que las noticias falsas parezcan increíblemente reales, como la afirmación del 13 de octubre de que Hamás había llamado a matar judíos en todo el mundo. (Esta alegación llevó a reforzar la seguridad en las sinagogas y al cierre de un campus universitario que había programado una manifestación pidiendo el alto el fuego). Se demostró que la acusación era falsa, e incluso fue desacreditada por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Dejar espacio para reconocer el trauma puede ayudarnos a mantenernos alejados de debates estériles con personas que no pueden escuchar los hechos, a ofrecer un abrazo en lugar de un aluvión de hechos y a crear espacios para aguantar el dolor bien, para que podamos llorar y organizarnos.
Obviar este paso -y negarse a reconocer el dolor que tantas personas sienten en estos momentos- limita nuestra capacidad para sanar y lograr una paz política justa. También da más munición a los dirigentes sionistas de derechas, así como a sus partidarios de la extrema derecha…
De hecho, es necesario reformular el viejo adagio: «No llores, organiza». Debemos expresar nuestro profundo dolor por las vidas que se han perdido, para poder trabajar desde la firme determinación de poner fin a la violencia. Obviar este paso -y negarse a reconocer el dolor que tantas personas sienten en estos momentos- limita nuestra capacidad para sanar y lograr una paz política justa. También da más munición a los dirigentes sionistas de derechas, así como a sus partidarios de la extrema derecha norteamericana. La afirmación de Naomi Klein es sencilla. Ella tuiteó: «Pónganse del lado del niño antes que del arma en todo momento, no importa de quién sea el arma ni de quién sea el niño».
Una de las tácticas de un régimen opresor consiste en crear confusión y oscuridad en torno a una cuestión polémica, haciendo que las personas que de otro modo tendrían una crítica clara y coherente sobre esa cuestión, se sientan impotentes, sin conocimientos suficientes para comprometerse, o que, como no se juegan nada en esto, no pueden participar en protestas contra la injusticia. La mayoría de quienes nos opusimos a la invasión de Irak hace 20 años en Estados Unidos (y en todo el mundo) no conocíamos a nadie de Irak. Aun así, sabíamos lo suficiente como para saber que las guerras por petróleo y la arrogancia imperial dañarían a la infancia, matarían a soldados de todos los bandos, agravarían la crisis climática y llenarían los bolsillos de los fabricantes de armas a nuestra costa.
Una de las tácticas de un régimen opresor consiste en crear confusión y oscuridad en torno a una cuestión polémica, haciendo que las personas que de otro modo tendrían una crítica clara y coherente sobre esa cuestión…/… no pueden participar en protestas contra la injusticia
El encuadre puede ayudarnos a garantizar la apertura a nuevas voces, para que nuevas personas puedan unirse al movimiento y se sientan capacitadas para alzar la voz. Aprovechar nuestras alianzas puede ayudarnos a clarificar nuestro público y a encontrar mensajes y herramientas para trabajar con las personas aliadas y con las que antes eran neutrales pero que acaban de movilizarse por esta crisis.
Para las personas recién llegadas a este conflicto, podemos ayudar a explicar la compleja narrativa compartiendo herramientas útiles como estos dibujos animados de que duran seis minutos. Aportar mensajes breves y concisos, como esta lista de «5 cosas que debes saber sobre lo que está ocurriendo en Israel y Gaza«, contribuye a difundir información útil. A medida que se organizan acciones urgentes para oponerse al genocidio en Gaza, podemos plantear charlas informativas como éstas que se difunden aquí, centradas en las voces palestinas, para que la gente se pregunte «¿Cómo hemos llegado hasta aquí?».
«Todas las personas merecen vivir seguras y en paz. La única manera de conseguirlo es la libertad y la justicia para todas. En Palestina, eso significa el fin de la ocupación colonial y el régimen de apartheid de Israel, que ninguna persona aceptaría para su propio pueblo.»
Crear un marco del conflicto más allá del binario también puede ser útil si se hace con intención. Replantear el binarismo: sí, hay dos lados, el lado de la vida y el lado de la muerte. Como escribió el poeta palestino Suheir Hammad: «O estás con la vida o estás contra ella. Afirma la vida». La conclusión, como la activista y escritora judeo-estadounidense Anna Baltzer compartió en un reciente artículo de opinión: «Todas las personas merecen vivir seguras y en paz. La única manera de conseguirlo es la libertad y la justicia para todas. En Palestina, eso significa el fin de la ocupación colonial y el régimen de apartheid de Israel, que ninguna persona aceptaría para su propio pueblo.»
2. Estudiar la hermosa historia de la resistencia palestina, creativa y noviolenta puede inspirar nuestras acciones solidarias.
Otra forma de replantear este momento es explorar y celebrar el amplio legado del creativo activismo palestino. Conocer esta resistencia -que, a menudo, queda fuera de los relatos dominantes- humaniza la lucha palestina e impide su conversión en algo lejano. También puede ayudarnos a entender cómo hemos llegado hasta aquí, recordando la desobediencia civil generalizada y los boicots masivos durante la Primera Intifada (1987-1993).
En respuesta a la ocupación israelí de Cisjordania en 1988, los habitantes de Beit Sahour decidieron comprar 18 vacas y producir su propia leche como cooperativa, para no tener que comprar leche israelí. Estas vacas se convirtieron en celebridades locales, signo de autosuficiencia y resistencia. Después fueron cruelmente incluidas en la lista de las más buscadas por el ejército israelí, declaradas «una amenaza para la seguridad nacional del Estado de Israel». Historias como la conocida como «Las 18 más buscadas» ilustran lo absurdo de la ocupación.
Conocer esta resistencia -que, a menudo, queda fuera de los relatos dominantes- humaniza la lucha palestina e impide su conversión en algo lejano.
Más recientemente, la resistencia creativa palestina ha abarcado las artes desde los teatros hasta las calles, desde marchas hasta murales (en su lado del muro de separación). La Gran Marcha del Retorno de 2018 utilizó la consagrada táctica noviolenta de hacer una caminata, practicada desde la Marcha de la Sal de Gandhi hasta las marchas intercontinentales por el desarme nuclear. Las imágenes que dieron la vuelta al mundo de abuelas abrazando sus olivos mientras eran arrasados contaron la historia sin necesidad de palabras, ejemplificando la lógica de la acción. Personas detenidas sin cargos ni juicio han organizado huelgas de hambre, incluidas las más de 1.800 presas que ayunaron en 2012. Las tácticas creativas han ayudado a impulsar la atención internacional y han personalizado la ocupación.
Niñas y niños de Gaza batieron el récord mundial de cometas voladas simultáneamente. Hicieron volar 12.350 cometas a la vez desde las orillas del mar Mediterráneo en Gaza. «Trajimos felicidad a nuestro país al batir el récord mundial», dijo Nadia el Haddad, la niña de 13 años que batió el récord, «[y hoy] siento que tengo derechos y que soy como todas los demás en el mundo». El uso de tantas cometas ilustra brillantemente el principio de que unas normas sencillas pueden lograr grandes resultados. Organizaciones como el Teatro de la Libertad de Yenín y Alrowwad, un centro para la cultura y las artes con sede en el campo de refugiados de Aida, Bethlehem, cuyo lema es «Hermosa resistencia», han educado a las próximas generaciones de la juventud palestina en la expresión creativa.
Israelíes que comprenden que su destino está ligado al bienestar de sus vecinos y vecinas, también se han unido a la lucha.
Este activismo estratégico y artístico ha desencadenado innumerables acciones de solidaridad en todo el mundo y ha inspirado a activistas de la solidaridad a viajar a Palestina para participar en actividades de acompañamiento, corresistencia y flotillas para intentar romper el asedio a Gaza y entregar la ayuda que se necesita urgentemente. Israelíes que comprenden que su destino está ligado al bienestar de sus vecinos y vecinas, también se han unido a la lucha. Desde 1988, las Mujeres de Negro celebran vigilias pacíficas para oponerse a la opresión israelí. Jóvenes israelíes han cumplido penas de cárcel, al negarse a cumplir el Servicio Militar y veteranos de las IDF han denunciado los crímenes que cometieron mientras servían en los Territorios Ocupados. Activistas israelíes contra la ocupación también se han unido a la desobediencia civil para ayudar a proteger barrios palestinos amenazados de demolición. La semana pasada, también ha habido israelíes que hicieron pública una petición pidiendo el cese inmediato de los ataques contra Gaza.
Recurriendo a la táctica noviolenta de activar los mecanismos internacionales, dirigentes de Palestina trabajaron sin cesar para que la ONU aprobara medidas para detener la construcción de asentamientos israelíes, a las que Israel no ha hecho caso. La Resolución 194 de la ONU pretende garantizar el derecho al retorno de la población palestina, que tampoco se ha aplicado. Desde 1997, Estados Unidos ha vetado más de una docena de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en las que se critica a Israel por sus acciones en Cisjordania y Gaza.
Fin de la segunda parte. Tercera entrega aquí.
Rae Abileah
Rae Abileah es una clériga judía, estratega del cambio social, autora y editora para la liberación colectiva. Es formadora en Beautiful Trouble y cocreadora del ritual artístico mundial Climate Ribbon. Fue codirectora de CODEPINK, consultora sobre estrategia digital para la justicia social en ThoughtWorks, y ahora dirige su propia consultoría, CreateWell, y facilita talleres de diseño para The Nature Conservancy. Rae es autora de libros como «Beyond Tribal Loyalties: Historias personales de activistas judíos por la paz». Rae se licenció en el Barnard College de la Universidad de Columbia y fue ordenada sacerdotisa por el Kohenet Hebrew Priestess Institute.
Nadine Bloch
Como artista activista, organizadora estratégica no violenta y Directora de Formación de Beautiful Trouble, Nadine Bloch explora la potente intersección del arte y el poder popular. Encontrará más escritos suyos en «Beautiful Trouble», «SNAP: An Action Guide to Synergizing Nonviolent Action and Peacebuilding» y «From Airtable to Zoom:An A-to-Z Guide to Digital Tech and Activism 2021«.
Traducción de esta segunda parte: equipo de enpiedepaz.org
Imagen destacada de la entrada: Manifestantes se agolpan en la Grand Central Terminal en Midtown Manhattan este pasado viernesn 27 de octubre. Bing Guan para The New York Times